Cada vez hay más modelos de relojes inteligentes y pulseras cuantificadoras en el mercado.
Pero puede haber quienes se resistan a dejar de usar sus relojes de muñeca de toda la vida en favor de un reloj inteligente o pulsera cuantificadora. Sony ha pensado en una ingeniosa solución, que no es ni más ni menos que una correa inteligente, sobre la cual se puede acoplar cualquier caja de reloj convencional gracias a su sistema de enganche estándar.
La compañía nipona presentó la tercera generación de sus correas inteligentes, las Wena 3 Smart Band, que además soporta una serie de sistemas de pagos electrónicos, es compatible con Alexa, el asistente virtual de Amazon, e incluye además funciones habituales en relojes y pulseras inteligentes, como el control de calorías quemadas, medición de frecuencia cardíaca, y seguimiento de la calidad del sueño.
Las Wena 3 Smart Band también cuentan con capacidad de bloqueo y desbloqueo de puertas, e incluso cuenta con un sistema de localización mediante app en caso de robo o pérdida. Existen tres tipos de estas correas inteligentes: metal, cuero y caucho, y todas ellas integran una pantalla táctil digital curvada y recubierta de grafito.
Además, disponen de batería de ion de litio, capaces de suministrar una autonomía hasta 24 horas para un uso habitual, consiguiendo una carga del 100% de batería en tan sólo hora y media.
Estas pulseras pueden soportar caídas de hasta 90 centímetros de altura, y además, pueden soportar hasta 5 atmósferas de presión bajo agua. Aquellos que lo deseen, Sony también cuenta con unas cajas de reloj específicas desarrolladas en colaboración con una serie de diseñadores.
Sony lanzará la tercera generación de sus correas inteligentes el viernes 27 de noviembre, rondando entre los 287 dólares aproximadamente hasta los 335 dólares aproximadamente, según el tipo que se escoja, estando ya disponible para su reserva anticipada.
De momento se desconoce si la compañía planea ofrecerlas en mercados internacionales, aunque a nivel orientativo, las generaciones anteriores no llegaron a salir de su mercado natal.
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